Visitar una galería, bajar el ascensor, comprar yerba, subirse a un bondi, tomar un vino, dormir un rato, lavar una taza, fumarse un faso, cerrar un cajón, hacerse un café, boludear en Instagram, escuchar un tema, pintar un cuadro, pagar el alquiler.
El ser artista no está exento del quehacer cotidiano. La sociedad tiende a idealizar de manera romántica a los artistas, sus espacios, sus talleres, sus acciones. ¿Qué verdaderamente sucede detrás de esto? Las moskas (quienes integran NO ME BAÑO) se alimentan de paisajes sucios, rincones diarios y personas que son parte del paradigma mugroso, elementos determinantes en la concepción de sus obras.
Pagando el alquiler nos lleva por un recorrido en la vida de Las Moskas. Podemos verlos en el psicólogo, comprando en el almacén de Mirta, organizando sus compras, ver dormir a sus amigos y chusmear su mesa de taller; todo aquello que envuelve su proceso creativo.
Curaduria x Nacho Legari y Nicolas Valentini